A lo largo del río y a la luz de las antorchas se celebra cada otoño la llegada del equinoccio – cuando el día y la noche tienen las mismas horas.

Las luces eléctricas se apagan y casi 4.000 antorchas se encienden a lo largo de Akerselva, desde Maridalsvannet hasta Schous kulturbryggeri.

Las antorchas producen un ambiente místico por todo el trayecto. A lo largo del recorrido de 7 km., desde Oset, en Kjelsås hasta Grünerløkka, se pueden escuchar coros y ver tragafuegos, escuchar música folklórica, jazz, grupos de danza, y ver duendes.

No se pierda este experiencia, todo es mágico, místico y fascinante tanto para los niños como para los adultos.