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Svalbard

durante la noche polar

+ Svalbard en verano

Casi tres meses de oscuridad absoluta.

Unos paisajes espectaculares y de otro mundo.

Un lugar donde a la luna llena se la conoce como el «sol de la noche polar». 

El Ártico auténtico.

Si no es porque participas en una expedición, es difícil acercarse más al Polo Norte en cualquier otro lugar del planeta.

Svalbard está muy lejos de casa.

Aunque, en realidad, aquí uno se siente rápidamente en casa.

Y los svalbardianos son un grupo multicultural verdaderamente único y vivaz.

La noche polar

Llegar a Longyearbyen en esta época del año es como aterrizar en otro planeta. Durante casi tres meses, el día y la noche se funden en una única y gélida oscuridad: la noche polar.

Puede resultar abrumador y es fácil perder la noción del tiempo. Tu reloj biológico solo puede orientarse con las estrellas (cuando son visibles, claro).

Cuando el cielo está nublado, las nubes reflejan una luz que hasta hace poco no existía aquí. Longyearbyen es un lugar nuevo en la Tierra: se convirtió en una ciudad «real » hace solo unos 35 años. Antes de eso, no era más que un conjunto de fríos barracones habitados por mineros, además de algunos valientes cazadores que vivían en diminutas cabañas de madera en fiordos solitarios.

Cuando el tiempo se desvanece, la vida se ralentiza. En las carreteras tranquilas, es posible cruzarse con alguno de los más de 22 000 renos blancos como la nieve de Svalbard, con su aliento como niebla. Los aparcamientos están llenos de motos de nieve, el principal medio de transporte en esta isla con menos de 50 kilómetros de carretera.

Donde las luces de la calle se extinguen, enormes osos polares deambulan detrás de señales que no pueden leer. Por eso nunca debes salir de Longyearbyen sin un guía que te proteja de ellos.

Longyearbyen es el hogar de unas 2500 personas de más de 30 países.

¿Cómo se las arreglan para vivir en una noche eterna de casi tres meses?

En verano hay mucha vida aquí, cuando el sol da vueltas sin parar. Ahora es el momento de bajar el ritmo, de disfrutar de noches de juegos, de momentos acogedores y de crear recuerdos juntos.

Thorbjørn Staff

Local

Vivir aquí es un poco como vivir en una gran comuna: nunca estás solo.

Vilde Iversen

Local

Los svalbardianos

Svalbard es mucho más que impresionantes paisajes árticos y osos polares: su historia, su cultura y sus habitantes son fascinantes por igual.

Svalbard es hoy como una larga mesa común donde se reúne un grupo de gente increíblemente diverso.

Deportistas alemanes que escalan montañas después del trabajo y esquían hasta el pub, hípsteres internacionales amantes de los huskies que pasan aquí una temporada (o cinco), turistas recién llegados, trabajadores de la NASA, investigadores polares, estudiantes, ingenieros de satélites, artistas, introvertidos poetas finlandeses y trabajadores tailandeses, el mayor grupo de extranjeros en Svalbard.

Una gran familia feliz

«Somos como una gran familia. Viene gente de todo el mundo y con ganas de hacer amigos», comenta Thorbjørn Staff, nativo de Bergen. 

Aventureros de todas las edades, que a menudo se siguen preguntando qué quieren hacer en la vida, consideran Svalbard su hogar.

La verdad es que es muy raro que la gente se quede en Svalbard toda la vida. Casi todo el mundo puede vivir aquí, siempre que tenga trabajo y alojamiento, pero no es posible morir ni ser enterrado, dar a luz, enfermar de gravedad o quedarse si se necesita un tratamiento específico.

Tampoco hay una residencia de ancianos y, sin embargo, hay una escuela y dos guarderías a la que van más de 300 niños (y que tienen vallas de dos metros de alto a prueba de osos polares).

El espíritu de los exploradores

«Lo que me gusta de Svalbard es que atrae a personas muy diferentes y todas llegan con una historia y un sueño», comenta Marina Van Dijk, orfebre holandesa, marinera y aventurera por todo el mundo, que llegó aquí por primera vez hace más de 30 años.

Podrás encontrar sus bonitos diseños de plata en las tiendas de toda la ciudad y visitar su pequeño taller.

«La naturaleza de aquí me inspira mucho: las fascinantes estructuras de los bancos de nieve, las huellas fugaces, las piedras... Además, me encanta la quietud de la noche polar. Te hace apreciar hasta la luz más discreta, ya sea la repentina luz de la luna o una simple vela», expone.

El paraíso de los huskies

Cuando la oscuridad lo invade todo, lo único que necesitas es un alegre compañero peludo. Se dice que hay más de 1200 huskies en la ciudad y sus alrededores.

Puedes conocer a algunos de ellos en una de las cafeterías más acogedoras del hemisferio norte, Husky Café.

«Mis amigos y yo lo fundamos en 2022 como una broma, después de una noche de cervezas, pero ha sido un éxito», explica uno de los dueños, Martin Fiala, mientras acaricia a sus perros, Yuku y Tyco, blancos como la nieve.

Una de las actividades imprescindibles en Svalbard es dar un paseo en un trineo tirado por perros.

El silencio de la nieve, las imponentes montañas, el suave sonido de las patas al correr…

¡Te presentamos a Gunnhild!

Aunque primero debes aprender a poner los arneses a los perros…

… antes de adentrarte en la naturaleza.

«¡Vamos, chicos! Tenemos que preparar a los perros».

La musher, o conductora de trineos, Claudia Ventrone vino a Svalbard desde Italia para «salir de su zona de confort y crecer a nivel personal».

«Me enamoré del lugar desde el primer momento: es auténtico y la ciudad más al norte del mundo», comenta. 

Nos insta a preparar nuestra manada de perros y, evidentemente, no sin algo de caos. A los huskies les encanta correr y están deseando ponerse a correr, así que se ponen a aullar como lobos.

Una hora más tarde, por fin estamos listos. Unas fuertes patas nos adentran cada vez más en los valles nevados. Es como viajar Narnia o a un mundo fantástico: montañas que se elevan ante nuestros ojos, pintadas con algunos de los colores azules más intensos que puedas imaginar, y bajo la luz de la luna.

Súbete a un trineo tirado por perros

Deja que estos simpáticos perros te lleven por paisajes espectaculares.

Un sinfín de aventuras increíbles

… te esperan en la noche polar. También puedes explorar la naturaleza salvaje en un tour guiado en moto de nieve. Para disfrutar al máximo de la tranquilidad del entorno, elige un vehículo eléctrico casi silencioso.

«Vine aquí porque tenía curiosidad por saber cómo era la noche polar. Vengo de Madrid y allí nunca vemos las estrellas», comenta un turista español. 

Y no es el único. En un mundo lleno de luces, caos y ruido, el nocturismo, el turismo del sueño y la necesidad de silencio se han vuelto cada vez más populares. 

Mientras descansamos en el valle helado del río Adventdalen, como hacen la mayoría de las excursiones, unas pálidas auroras boreales danzan por el cielo. ¡Nos encontramos al norte del óvalo auroral!

También puedes hacer una excursión de senderismo guiada a una de las montañas cercanas a Longyearbyen o a una cueva de hielo de una belleza deslumbrante.

Más actividades invernales

¡Se pueden hacer tantas cosas en la noche polar!

Hay que adentrarse en las montañas para comprender qué llevó a construir esta comunidad en un desierto ártico, alejado de todo.

El secreto de las montañas

Estas montañas guardan secretos y te darás cuenta enseguida: oro negro, oro blanco, pero sobre todo piedra gris depositada aquí capa tras capa durante millones de años.

El peso de la historia impregna esta tierra. Hace millones de años, los pantodontes y los plesiosaurios, cuyas huellas fosilizadas se encuentran en el Museo de Svalbard, vagaban por los bosques tropicales que antaño crecían en el ecuador. Hoy están comprimidos en uno de los yacimientos de carbón más puros del mundo.

En 1901, el turista de cruceros y empresario estadounidense John Munroe Longyear llegó a Svalbard. Cinco años después, fundó la primera mina y el asentamiento de «Longyear City».

En 2025, la minería de carbón noruega cesará sus operaciones en la última mina en funcionamiento, Gruve 7 («Mina 7»).

Si quieres entender lo que un día fue Longyearbyen, haz una visita guiada a Gruve 3.

Oro negro

«El carbón era el oro negro que trajo aquí a la mayoría de la gente: mineros que se arrastraban durante 7 horas y media al día por túneles de 70 centímetros de altura, encorvados y de rodillas, pero con mucho orgullo», explica la guía Camilla Røhne.

Ella trabajó durante 7 años conduciendo grandes máquinas Caterpillar en la mina de Svea antes de que la cerraran.

«El sol de medianoche me desquicia, pero la noche polar me encanta. Es un periodo acogedor, pero no solo nos sentamos en el sofá a ver Netflix. Siempre que podemos salimos con nuestras motos de nieve y quedamos con vecinos», revela.

Patrimonio mundial

En lo más profundo de la montaña se encuentra el Arctic World Archive (AWA), que alberga información de relevancia histórica y cultural de todo el mundo. Allí se guardan códigos abiertos de GitHub, copias digitales de obras del Museo Nacional de Noruega, la receta original de una hamburguesa de McDonald's y mucho más. Los datos tienen una vida útil de más de 1000 años y no dependen de la electricidad ni del control climático artificial.

El archivo también protege una cápsula de ADN sintético, más o menos del tamaño de una uña, que contiene la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

Se trata de una arca cultural congelada en el permafrost, a la espera de un futuro que aún no podemos imaginar.

Cerca de allí, la Bóveda Global de Semillas brilla en la oscuridad como una misteriosa nave espacial. Aquí se conservan semillas de plantas de todo el mundo en el permafrost para las generaciones futuras.

Una historia fascinante

Como puedes ver, Svalbard es un lugar muy pequeño y remoto de la Tierra, pero con una historia única y de gran importancia geopolítica.

Al visitar el magnífico Museo de Svalbard recibirás, literalmente, una cálida bienvenida a este rincón tan especial del planeta, que resulta esencial para comprender este lugar tan peculiar y polifacético.

En sus pasillos podrás ver de todo: desde un sombrero que supuestamente perteneció a Willem Barentsz (el navegante y explorador ártico holandés que descubrió Spitsbergen o Svalbard en 1596) hasta exposiciones sobre los cazadores, pescadores y mineros que vivieron aquí. También podrás informarte sobre el estado actual de las investigaciones sobre el cambio climático y cómo está afectando a esta zona más que a ningún otro lugar del mundo.

Experiencias culturales

Te esperan actividades más cálidas a lo largo de la calle principal. 

Entra en la galería de arte Nordover y contempla las obras de artistas locales, como Olaf Storø, el pintor noruego Kåre Tveter y más.

Si te apetece ir al cine o a un concierto, visita la casa de la cultura de Longyearbyen y prueba después unos auténticos tacos mexicanos en su restaurante.

Y si todavía no has entrado en calor, tienes que ir a la sauna SvalBad en la zona del puerto.

Por cierto, ¿sabías que hay que quitarse los zapatos antes de entrar a la mayoría de los museos, hoteles y restaurantes? Es una costumbre que tenían los mineros, que no querían entrar en interiores con hollín en las botas.

Experiencias cálidas en interior

¿Hace un frío que pela? Refúgiate en los museos, las galerías, las tiendas y las saunas de la ciudad.

Longyearbyen también es EL lugar para una escapada navideña totalmente diferente y divertida.

¿Sabías que Papá Noel vive en la Mina 2? Acércate a su buzón y déjale una carta.

La época navideña

En noviembre y diciembre, las luces navideñas iluminan las oscuras ciudades y los locales saben cómo aprovechar al máximo la temporada, sobre todo durante el desfile anual de Julemarsjen, a mediados de diciembre, en el que todo el mundo se disfraza y calza patinetes decorados con motivos navideños para ir de pub en pub.

Puedes comprar regalos especiales y libres de impuestos en las tiendas de recuerdos de la calle principal. Si te gusta el dulce, encontrarás cajas de bombones en forma de oso polar en Fruene, una cafetería y chocolatería superacogedora en la que disfrutar de bollos de canela recién hechos y otros dulces caseros.

Nos han chivado que Julenissen, o Papá Noel, vive en la Mina 2, en la carretera que va a Nybyen…

Acércate a su buzón, junto a la carretera, y déjale tu lista de regalos.

Los hoteles también se visten de galas navideñas, sobre todo el Hotel Basecamp o el «hotel de Navidad». Su diseño rebosa de un estilo clásico y acogedor con un ambiente auténtico y cálido, propio de una cabaña. Alójate aquí, tómate una copa o asiste a un concierto navideño.

Un destino para el paladar

No te preocupes, que aunque sea una comunidad pequeña en el rincón más extremo del mundo, también podrás disfrutar de una comida impresionante.

Saborea una comida de 7 o 14 platos en el restaurante Huset, un establecimiento único e histórico justo a las afueras de la ciudad. Aquí, los sabores árticos más puros se encuentran con el toque cálido español, gracias a su creativo jefe de cocina Antonio Lozano.

«En este paisaje árido no crecen muchas cosas, por eso experimentamos mucho con la fermentación y otros métodos de conservación», nos cuenta el camarero.

Comer aquí te hará sentir como un explorador polar que se embarca en un viaje de sabores árticos, donde el reno, la foca, el cangrejo real y el pescado fresco son los ingredientes protagonistas, presentados como pequeñas obras de arte.

Para mayor sorpresa, Huset también alberga la mayor bodega de vinos de Escandinavia, que aloja más de 6000 botellas.

Otros lugares para comer bien son el restaurante Gruvelagreret, de un encanto rústico y acogedor que se encuentra justo detrás de Huset, y Funken Lodge, más lujoso pero aún más acogedor.

También hay varias opciones de restaurantes y pubs en el centro, como el divertido y peculiar Polarriggen y el favorito de los locales, KB (el pub Karlsberger). 

Además, es posible disfrutar de una comida campestre en el refugio de cazadores del campamento Barentz, que te hará sentir lejos de la ciudad y sumergido en plena naturaleza. Si necesitas ir al baño exterior, tendrá que acompañarte un guardia armado (no es por ti, es por los osos).

Al pasear por Longyearbyen, verás los restos de los antiguos teleféricos, que se alzan hacia el cielo…

... y se inclinan suavemente bajo el deshielo del permafrost, como si se arrodillasen ante un mundo inexorablemente cambiante.

Un futuro vulnerable

Quizá no haya otro lugar en la Tierra donde el cambio climático se esté produciendo con tanta rapidez y donde la naturaleza sea más vulnerable a las actividades humanas.

Por eso, si decides venir, quizá te interese quedarte más tiempo del previsto. Deberías prever al menos entre 4 y 7 noches para una auténtica aventura polar. 

De esta forma, tendrás tiempo de sumergirte en la naturaleza y la calidez humana de Svalbard y más posibilidades de disfrutar de noches despejadas con cielos estrellados. Deja que la tranquilidad y el silencio te invadan y conoce cómo es la vida en los confines del mundo.

Dónde alojarse

Alójate en una cabaña acogedora o en un elegante hotel histórico. Ten en cuenta que no todas las cabañas abren en invierno.

Svalbard ha obtenido la certificación Sustainable Destination. Aunque esto no significa que el destino sea completamente sostenible, implica que se ha comprometido a reducir los efectos negativos del turismo y acrecentar al mismo tiempo sus efectos positivos.

Obtén información de viaje exhaustiva en el sitio web oficial de Svalbard.

Los mejores planes

Echa un vistazo a nuestro resumen de las principales atracciones, actividades divertidas y restaurantes en Svalbard.

Cómo llegar y desplazarse

Obtén información de viaje exhaustiva en el sitio web oficial de Svalbard.

Invierno y auroras boreales

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