La región es famosa por su arraigadas tradiciones culinarias.
Puedes degustar algunos platos típicos en la granja Smalahovetunet, del siglo XVIII. Como por ejemplo el rømmegrøt, una especie de gachas hechas con crema agria. O los embutidos locales. O el pinnekjøtt, costillas de cordero cocinadas al vapor.
Y no puedes irte sin probar el plato estrella: el smalahove, cabeza de oveja curada en sal y ahumada. ¡Para chuparse los dedos!
Dicen que los ojos son la parte más sabrosa… ¿te atreves?