Las aves en Noruega
La avifauna noruega es rica y variada. Aquí podrás practicar la observación de aves en medio de una naturaleza casi virgen.
Primavera: canto de pájaros sin más
Casi de un día para otro, las costas bullen con millones de aves, y los pantanos y marismas cobran vida con cisnes cantores (Cygnus cygnus), colimbos y somorgujos, así como anátidas y aves limícolas. Escucha el repiqueteo del pájaro carpintero o de la agachadiza común (Gallinago gallinago), admira cómo se exhibe la avefría europea (Vanellus vanellus), o avista un urogallo (Tetrao urogallus).
Un verano alborotado
En la meseta montañosa de Hardangervidda, en Dovrefjell y en Fokstumyra, podrás encontrar especies como el chorlito carambolo (Charadrius morinellus), el falaropo picofino (Phalaropus lobatus), la alondra cornuda (Eremophila alpestris), el pechiazul (Luscinia svecica), el arnoldo ártico (Calcarius lapponicus), el escribano nival (Plectrophenax nivalis) y, con suerte, incluso algún búho nival (Bubo scandiacus).
Un otoño provechoso
El otoño es una época frenética. Puede que los meses de septiembre y octubre sean los más productivos, sobre todo si lo que buscas son especies raras. La península de Lista, en la pequeña isla de Utsira en el extremo sur de Noruega, es el mejor sitio para la observación de aves durante esos meses.
Maravillas del invierno
Algunos turoperadores locales lanzan sus primeras ofertas de rutas para la observación de aves ya a finales de enero o principios de febrero. A veces incluso ofrecen tomar fotos desde una caseta flotante, como ocurre en la península de Varanger, en el norte de Noruega.
Noruega y la sostenibilidad
No te lleves a casa más que fotos y recuerdos
Noruega es un país de extraordinaria belleza natural. Preservar su medio ambiente, sus comunidades y su forma de vida es algo fundamental tanto para los noruegos como para los turistas.
Nuestra filosofía para con la naturaleza se basa en que su cuidado es responsabilidad de todos.
Los noruegos intentamos dejar la menor huella medioambiental posible. “Déjalo todo como te gustaría encontrártelo” es una expresión aplicable en cualquier lugar en el que estés.
Se trata de una cuestión de calidad de vida que no solo es aplicable al tiempo presente, sino también a los años venideros.
La observación de aves, o birdwatching, es muy popular en Noruega y, mientras en otras zonas la práctica de esta actividad puede ocasionar problemas para aparcar, la amplia naturaleza salvaje noruega, tanto dentro como fuera de los parques nacionales, nunca se satura. A veces, de hecho, sólo estáis tú y los pájaros.
De las aproximadamente 9.000 especies de aves que hay en el mundo, unas 300 tienen su hábitat natural en Noruega, y otros 200 tipos de pájaros menos habituales pueden verse en ciertos lugares y épocas del año.
“La observación de aves y juegos de móvil como Pokémon GO se basan en los mismos incentivos, sacan el explorador que llevas dentro”, explica Bjørn Olav Tveit, autor de A Birdwatcher's Guide to Norway (Guía para la observación de aves en Noruega).
“Lo mejor de la observación de aves es que te permite explorar espacios naturales que de otra forma seguro pasarías por alto. Cuanto más tiempo dedicas a esta afición, más lugares descubres”, añade. “Ubicar y dar con un espécimen raro es como pescar una trucha enorme. Todo se basa en la estrategia, el conocimiento y la resistencia”.
Piquituerto lorito
“Piensa en el mosquitero boreal. Su canto puede oírse durante apenas dos semanas a finales de junio, en los densos bosques de abedules que rodean la bella iglesia de Neiden, en la provincia de Finnmark, cerca de la frontera con Rusia. El resto del año, es prácticamente imposible encontrar esta especie”.
“A nivel vocal, su canto es bastante monótono y aburrido”, admite Bjørn Olav. “Pero lo fascinante es encontrar el lugar perfecto y el momento oportuno, y poder admirar la naturaleza virgen. Sobre todo cuando sabes que, fuera de Siberia, este es el único lugar de Europa en el que se puede llegar a oír a este pequeño pájaro cantor”.
Los aficionados a la observación de aves, tanto los noruegos como los visitantes de otros países, son normalmente buena gente que muestra el máximo respeto por el medio ambiente.
“Comparten un código de conducta no escrito: debes respetar la naturaleza y a los animales” asegura Bjørn Olav.
Cárabo gavilán
Por desgracia, el expolio de nidos se da. Pero ten en cuenta: “Los aficionados locales a la observación de aves o incluso los propios vecinos probablemente avisarán a la policía si ven a gente o vehículos sospechosamente cerca de, por ejemplo, un nido de gerifalte protegido”, advierte Bjørn Olav.
“La observación de aves es en principio buena para el medio ambiente, porque hace que mucha más gente sea consciente de la fragilidad de la naturaleza y la escasez de animales salvajes”, indica, añadiendo: “Por ejemplo, los observadores de aves mantienen una distancia adecuada y se valen de sus prismáticos para sacar fotos con sus móviles. Se puede incluso grabar con buena calidad de audio desde una distancia considerable”.
Si lo que quieres es avistar algunas aves por ti mismo, sin ayuda, puedes descargarte apps como Birds of Northern Europe (Pájaros del norte de Europa) o la Collins Bird Guide (Guía Collins sobre las aves), que incluyen grabaciones de los cantos de todas las especies que puedes llegar a encontrar.
En la web Artsobservasjoner.no, aficionados de todo el país comparten sus últimos avistamientos.
Perdiz nival
Las aves en Noruega
La avifauna noruega es rica y variada. Aquí podrás practicar la observación de aves en medio de una naturaleza casi virgen.
Primavera: canto de pájaros sin más
Casi de un día para otro, las costas bullen con millones de aves, y los pantanos y marismas cobran vida con cisnes cantores (Cygnus cygnus), colimbos y somorgujos, así como anátidas y aves limícolas. Escucha el repiqueteo del pájaro carpintero o de la agachadiza común (Gallinago gallinago), admira cómo se exhibe la avefría europea (Vanellus vanellus), o avista un urogallo (Tetrao urogallus).
Un verano alborotado
En la meseta montañosa de Hardangervidda, en Dovrefjell y en Fokstumyra, podrás encontrar especies como el chorlito carambolo (Charadrius morinellus), el falaropo picofino (Phalaropus lobatus), la alondra cornuda (Eremophila alpestris), el pechiazul (Luscinia svecica), el arnoldo ártico (Calcarius lapponicus), el escribano nival (Plectrophenax nivalis) y, con suerte, incluso algún búho nival (Bubo scandiacus).
Un otoño provechoso
El otoño es una época frenética. Puede que los meses de septiembre y octubre sean los más productivos, sobre todo si lo que buscas son especies raras. La península de Lista, en la pequeña isla de Utsira en el extremo sur de Noruega, es el mejor sitio para la observación de aves durante esos meses.
Maravillas del invierno
Algunos turoperadores locales lanzan sus primeras ofertas de rutas para la observación de aves ya a finales de enero o principios de febrero. A veces incluso ofrecen tomar fotos desde una caseta flotante, como ocurre en la península de Varanger, en el norte de Noruega.
Noruega y la sostenibilidad
No te lleves a casa más que fotos y recuerdos
Noruega es un país de extraordinaria belleza natural. Preservar su medio ambiente, sus comunidades y su forma de vida es algo fundamental tanto para los noruegos como para los turistas.
Nuestra filosofía para con la naturaleza se basa en que su cuidado es responsabilidad de todos.
Los noruegos intentamos dejar la menor huella medioambiental posible. “Déjalo todo como te gustaría encontrártelo” es una expresión aplicable en cualquier lugar en el que estés.
Se trata de una cuestión de calidad de vida que no solo es aplicable al tiempo presente, sino también a los años venideros.
Dónde avistar aves silvestres
Prepara tu equipo, ve al lugar indicado, ten paciencia y simplemente escucha.
Una extensa costa
La costa alberga colonias de aves marinas que son mundialmente conocidas. Islas como Runde o Røst son casi como paisajes bíblicos en lo que a ornitología noruega se refiere, y cuentan con enormes colonias de frailecillos (Fratercula arctica).
La península de Varanger, en Finnmark, es sin duda uno de los mejores lugares de Europa para la observación de aves. Aquí encontramos verdaderas especies árticas, como el eider de Steller (Polysticta stelleri), el eider real (Somateria spectabilis), el arao de pico ancho (Uria lomvia) o el bisbita gorgirrojo (Anthus cervinus). También hay especies escandinavas como el cárabo gavilán (Surnia ulula), el pico tridáctilo (Picoides tridactylus), el carbonero lapón (Poecile cinctus), el arrendajo funesto (Perisoreus infaustus) o el cárabo lapón (Strix nebulosa).
El norte de Noruega cuenta también con la mayor población de pigargo europeo del continente. Desde aquí, esta especie se ha extendido a gran parte de la costa noruega, e incluso ejemplares de Noruega fueron llevados a Escocia para ayudar a repoblar este país de estas majestuosas aves.
Birdwatching en las afueras de la ciudad
El lago Østensjøvannet, a unos pocos kilómetros al sureste del centro de Oslo, es un lago eutrófico poco profundo que goza de un hábitat poco común en Noruega. Al oeste de la ciudad se encuentra la reserva natural y observatorio de aves de Fornebu. La segunda ciudad noruega, Bergen, es famosa por sus hábitats montañosos y sus bosques de conífera, que puedes explorar sin alejarte mucho del mundo urbano.
Arrendajo funesto
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