Se lleva exportando a todas partes del mundo desde la era vikinga, pero no ha sido hasta hace poco que el arte de elaborarlo ha alcanzado todo su potencial. Esto se debe en gran parte a la asociación de artesanos Fenalår fra Norge (Fenalår de Noruega) y a sus esfuerzos por reducir la cantidad de sal que contiene el producto y acentuar su suave y rico aroma. Los miembros de esta asociación ponen todo su empeño por hacer que la carne sea tan tierna que casi se derrita en el paladar.
“El fenalår tiene que tener un gran aroma y sabor, no solo sal. El sabor es la clave para lograr elaborar un buen fenalår”, explica Per Berg, director de Fenalår fra Norge.
Al reducir el nivel de sal, las enzimas de la carne pueden circular libremente. Esto acentúa el sabor y la textura.
Tradicional o madurado
En la actualidad, el fenalår se prepara de dos formas: tradicional y madurado. La diferencia principal está en la cantidad de sal: el madurado (modnet, en noruego) tiene un poco menos, y es el que deberías escoger si quieres probar la mejor carne.
“Es mucho más difícil elaborar fenalår con menos sal. Es cuestión de precisión, paciencia y técnica. Se trata de algo que en sur de Europa ya han logrado con el jamón. En los últimos 10 años, se ha hecho lo mismo con el fenalår noruego, y el resultado también ha sido excelente.
La asociación de Fenalår fra Norge consta de nueve productores que juntos han hecho del nombre de la asociación una Indicación Geográfica Protegida, lo que ha convertido a este producto en uno de los más de 20 tesoros gastronómicos de nuestro país.
Esta indicación ayuda a proteger la calidad del fenalår y asegura que se siga trabajando por mantener y mejorar esta tradición noruega que tanto nos enorgullece.
Si de algo no cabe duda, es de que el fenalår ocupa un lugar especial en los corazones de los noruegos.