En invierno, la gente suele moverse en sparks, o patinetes para deslizarse sobre el hielo. Pruébalo tú mismo y no olvides parar en las pequeñas tiendas y talleres que venden tanto comida local como artesanía y ropa producidas en la zona.
Y ya que Røros es uno de los puntos más fríos de Noruega en invierno, haz como los de aquí y cúbrete con lana de la cabeza a los pies.
Hazte con jerséis y guantes de punto de alguna tienda local, o lleva mantas y cojines de la marca Røros Tweed: nada sobra cuando las temperaturas se desploman hasta los -20 grados.