Duerme en una casa de pan de jengibre de tamaño real, vive una blanca Navidad con mercados de cuento y conoce al mismísimo Papá Noel. Estos son algunos de los mejores lugares para celebrar la Navidad en Noruega.
1. Oslo, capital de las Navidades en Noruega
La decoración que adorna todos los rincones de Oslo justifica sin duda una visita a la capital noruega durante el mes de diciembre. Es muy probable que la nieve te permita disfrutar de unas blancas Navidades. En ese caso, el descenso en trineo por la famosa pista Korketrekkeren (que significa sacacorchos en noruego) es de los planes más divertidos que puedes imaginar. Y está a solo 20 minutos del centro de la ciudad.
Desde mediados de noviembre puedes también visitar el enorme mercado navideño Winter Wonderland, en la calle Karl Johan, en pleno centro de Oslo. Allí puedes comprar regalos de Navidad para los tuyos, tomar un vaso de gløgg (la versión escandinava del vino caliente con especias), montar en la noria o ponerte los patines y deslizarte sobre la pista de hielo. También hay otro conocido mercado navideño en Youngstoget, además de otros mercadillos de menor tamaño en otras partes de Oslo.
Sin embargo, el mercado navideño más singular es el que acoge el Museo del Pueblo Noruego en Bygdøy los dos primeros fines de semana de diciembre. Descubre cómo se vivían las Navidades en distintos periodos históricos, echa un vistazo a los puestos del mercado, asiste a un curso sobre decoración navideña y disfruta del ambiente festivo.
En Oslo también puedes dejar resueltas tus compras navideñas en sitios como el muelle Aker Brygge, las calles Karl Johan y alrededores o Hedgehaugsveien, el centro comercial Oslo City, o bien la zona de Grünerløkka.
Para descubrir el verdadero sabor de las Navidades noruegas, pide algún plato típico de las fiestas en un restaurante local. No olvides reservar mesa con antelación, ya que en esta época del año no suele haber muchas disponibles a última hora.
Y si te queda algo de tiempo, coge el bus a la idílica localidad de Drøbak. No te arrepentirás: no solo cuenta con un bonito mercado navideño, sino también con una tienda de objetos navideños que abre durante todo el año.
2. La ciudad de la Navidad: Tromsø
Prepárate para una aventura navideña única en el Norte de Noruega. Tromsø, la pequeña metrópolis del norte, ofrece un periodo prenavideño repleto de magia.
Tromsø es el lugar perfecto para contagiarse del espíritu festivo. Las calles se llenan de luces y hacen que las compras navideñas se conviertan en un espectáculo. Podrás encontrar el regalo perfecto en las tiendas exclusivas del centro o en los puestos de los mercados. A los noruegos nos encanta disfrutar de la buena comida en Navidad y las especialidades locales están en las cartas de casi todos los restaurantes de la ciudad.
Si vienes en la época navideña, también podrás vivir aventuras en la naturaleza ártica. ¿A caso hay algo más navideño que una manada de renos?
Una excursión en trineo tirados por perros bajo las auroras boreales también te contagiará el espíritu navideño.
3. Espíritu navideño en Bergen
Las estrechas callejuelas de Bergen, antiguo epicentro del comercio en el norte de Europa como sede de la Liga Hanseática, son un telón de fondo inmejorable para la magia de las fiestas. Visita el gran mercado navideño de Festplassen. Bergen acoge además la ciudad de pan de jengibre más grande del mundo. Sé testigo del encendido de las luces navideñas desde lo alto del monte Fløyen. Y pon el colofón a tu visita asistiendo a un concierto navideño.
Además de las compras navideñas de rigor, deja tiempo para visitar el museo KODE, conocer el famoso acuario o descubrir alguno de los muchos otros reclamos que ofrece la ciudad. Combina tu estancia en Bergen con una excursión a Flåm, ya sea a bordo del famoso tren de Flåm o en un crucero o un circuito como el de Norway in a nutshell.
4. Visita Trondheim en Navidad
Trondheim, en Trøndelag, es un destino lleno de maravillas navideñas. El mercado navideño de Trondheim se instala cada año en diciembre en el centro de la ciudad y cuenta con más de 70 puestos y no menos de 100 conciertos, espectáculos y otros eventos.
Disfruta de una taza de chocolate caliente en el colorido barrio de Bakklandet, engalanado para las fiestas, y admira la catedral de Nidaros, la joya gótica de la ciudad, cubierta de nieve.
Si buscas lujo, puedes darte un capricho y alojarte en el Hotel Britannia, conocido por su espectacular decoración navideña y sus exclusivas celebraciones.
Trondheim también es el lugar soñado para los amantes de la gastronomía, ya que hay muchas cafeterías acogedoras y restaurantes de primera categoría.
5. Navidades blancas en Lillehammer
Si sueñas con un paisaje navideño cubierto de nieve propio de un cuento de hadas, no lo pienses más: Lillehammer es tu destino. A esta pintoresca ciudad junto al lago Mjøsa se llega en aproximadamente una hora y media en tren desde el aeropuerto de Oslo.
Descubre cómo se celebraba la Navidad en distintas épocas, como por ejemplo la Edad Media, en el Museo al aire libre de Maihaugen. El primer fin de semana de Adviento, este espacio goza de un ambiente especialmente festivo al acoger un mercado navideño.
Es obligada la visita a los artistas y artesanos del espacio creativo Fabrikken. Y tampoco deberías perderte el Museo de Arte de Lillehammer. Más tarde puedes salir a la caza de regalos de Navidad en las calles del centro, llenas de adornos.
Si te apetece hacer ejercicio sobre la nieve, puedes combinar tu escapada a Lillehammer con uno o dos días en alguno de los resorts de esquí de los alrededores. Los de Hafjell y Kvitfjell suelen abrir a partir de noviembre. Los más osados pueden probar la pista de bobsleigh y luge usada durante los Juegos Olímpicos de invierno de 1994. O simplemente subir en telesilla a lo alto de las instalaciones para saltos de esquí de Lysgårdsbakkene, donde se pueden admirar las fantásticas vistas.
6. Aventura prenavideña en Henningsvær
¿Listo para un plan navideño bajo las auroras boreales? En la bonita localidad de Henningsvær, en Lofoten, la diversión prenavideña empieza ya a principios de noviembre. Esta genuina aldea de pescadores tiene varias tiendas de lo más pintoresco. Los artistas locales son maestros en el arte del soplado de vidrio, la fabricación de velas y el diseño de gorros de lana.
Aunque el pueblo es bastante pequeño, aquí encontrarás varios museos de arte, entre ellos KaviarFactory o la Galleri Lofotens Hus. Y para digerir todas estas experiencias artísticas puedes acudir a alguna cafetería, pub o restaurante y degustar alguna especialidad local. Ten en cuenta, eso sí, que algunos establecimientos cierran los lunes y los martes.
Hazte un selfie en uno de los trineos azules con ruedas, perfectos para cuando no hace demasiado frío. Y pasa la noche en una de las cabañas de pescadores junto a la costa. Si te apetece alejarte del centro, una excursión al Museo vikingo Lofotr, en la localidad de Borg, puede ser un plan divertido. O a lo mejor te apetece visitar algún otro pueblo con encanto, como Svolvær o Kabelvåg, con sus museos, acuarios y galerías de arte.
Puedes llegar a Svolvær en avión o a bordo del Hurtigruten, y allí coger un autobús a Henningsvær.
7. Unas navidades tradicionales en Røros
Si buscas pasar unas Navidades llenas de nostalgia, la acogedora localidad de Røros tiene justo lo que necesitas. La antigua ciudad minera, con sus pequeñas casas de madera, está protegida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Este es el destino perfecto si pretendes evitar el ajetreo prenavideño de ciudades más grandes. Aquí encontrarás un montón de tiendas especializadas y artesanos locales que ponen a la venta sus obras.
El orgullo que Røros siente por su gastronomía queda reflejado en los menús que encontrarás aquí, que incluyen carne de reno, salvelino y cervezas artesanales.
Para contagiarte de verdad del espíritu navideño, visita el mercado de Navidad en el segundo fin de semana de Adviento. O asiste a un concierto lleno de magia en la Iglesia de Røros. También puedes apuntarte a un tour guiado por la ciudad, o probar a montar en un trineo de perros.
Puedes combinar tu visita a Røros con un inolvidable concierto de Navidad en la Catedral de Nidaros, en Trondheim. Puedes desplazarte a ambos destinos tanto en tren como en avión.
8. Destinos navideños en el sur de Noruega
En la parte meridional del país, hay varias localidades que ponen todo de su parte para ofrecer la mejor experiencia navideña. En Kristiansand, disfruta dando un paseo por el mercadillo navideño que ocupa la plaza principal. Prueba las típicas galletas de Navidad o kageman. Más tarde, sal a patinar sobre la pista de hielo.
Egersund, cerca de Stavanger, y Tønsberg, junto al fiordo de Oslo, suelen ocupar la lista de mejores destinos navideños de Noruega. En Fredrikstad, en la orilla oriental del Oslofjord, la ciudad vieja de Gamlebyen goza de un ambiente inigualable durante las celebraciones prenavideñas, con música, acogedoras tiendas y mercadillos.
9. Pasa la noche en la enorme casa de jengibre de Papá Noel
¿Quieres conocer al verdadero Papá Noel noruego? Coge el tren hacia Røros y bájate en Tynset para visitar el pueblo de montaña de Savalen. Nissegata, o la calle de Papá Noel, dispone de varios hoteles con encanto. O si lo prefieres puedes pasar la noche en una casa de jengibre de tamaño humano.
En la casa de Papá Noel (o Nissehuset) hay tanto una máquina para envolver regalos, como un trono de cuento de hadas y, claro está, una oficina de correos. Nissehuset abre todo el año, incluso en vacaciones y días festivos, pero la época más mágica para visitarla es sin duda el invierno.
Tras una jornada de diversión en la nieve, puedes entrar en calor en el spa y balneario del hotel Savalen Fjellhotel. La localidad acoge varios eventos que merecen la pena en los fines de semana previos a la Navidad. Y una vez entrado el nuevo año, Papá Noel invita a otros Papás Noel de todas partes del mundo para competir en los juegos de invierno que se celebran una vez al año.
Por cierto, ¿has oído hablar de fjøsnissen? Él es el auténtico «Papá Noel» noruego, aunque no se parezca mucho al Santa Claus de la cultura popular.
10. Navidades en el parque de atracciones Kongeparken
El mes de diciembre adorna con mil y una luces el parque de atracciones Kongeparken, cercano a Stavanger. Es difícil no sentir aquí el espíritu navideño, gracias a sus muchas actividades, talleres y divertidísimos espectáculos. ¡El mismo Papá Noel suele ir! Muchas de las atracciones del parque están abiertas al público.
El mejor complemento a una visita a Kongeparken es ir de compras navideñas o bien en Stavanger o bien en Sandnes, ambas a tiro de piedra y con buenas conexiones de transporte público. Cualquiera de las dos (o las dos) merece una visita para conocerla mejor.
11. Celebra las Navidades en un hotel
Puede que estés deseando tomarte un descanso y desconectar del ajetreo navideño. Cada vez más gente opta por pasar sus vacaciones de Navidad en un hotel, donde el árbol de Navidad está ya perfectamente decorado y puedes disfrutar de una deliciosa cena elaborada por cocineros profesionales. En Noruega, muchos establecimientos ofrecen una típica celebración navideña, que incluye villancicos, actividades y hasta la visita de Papá Noel.
Y ya que estás aquí, ¿por qué no comienzas nuevas tradiciones navideñas? Si te decides por un hotel en la montaña o cerca de una estación de esquí, podrás ir a las pistas durante el día y tumbarte en un acogedor sillón por la noche con una taza de gløgg (la versión escandinava del vino caliente).
12. Navidad a bordo del Hurtigruten
¿Buscas una forma única de celebrar la Navidad? Cada año miles de personas pasan sus vacaciones navideñas a bordo de un barco Hurtigruten, el expreso del litoral noruego. La costa se llena de magia durante el invierno, con montañas cubiertas de nieve y un aire fresco y puro. En el Norte de Noruega es probable que puedas ver la aurora boreal mientras danza sobre el cielo.
El día de Nochebuena los barcos permanecen atracados, y si lo deseas puedes asistir a un servicio religioso en la iglesia local. Más tarde, el restaurante del Hurtigruten ofrece una típica cena de Navidad noruega, con ingredientes locales de las partes del país por las que el barco ha pasado previamente. Y no te preocupes: Papá Noel conoce la ruta del Hurtigruten, así que no tendrá problemas para encontraros a ti y a los más pequeños de la casa.
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