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Gofres noruegos: no hay nada más kos

En Noruega siempre es buen momento para tomar un gofre. A los noruegos les gustan tanto que los hacen en forma de corazón. Pruébalos en alguna cafetería con sus deliciosos toppings, o en su versión más vanguardista en un restaurante Michelin. O descubre cómo hacerlos en tu propia casa.

Esponjosos, llenos de sabor, cubiertos de una perfecta mezcla de crema agria y mermelada. O en su versión salada, con jamón y delicioso queso de cabra. No importa como te gusten más, es imposible resistirse al sabor de los gofres noruegos. Por no mencionar su olor, que crea auténtica adicción. Afortunadamente, puedes encontrar gofres en cafeterías, restaurantes, a bordo de trenes, como algo que no puede faltar en eventos deportivos, y también como elemento básico en los hogares de todo el país. Los entendidos, que son básicamente los cinco millones de habitantes noruegos, se dividen entre los que creen que los gofres deben tener forma de corazón, y los que piensan que deben ser cuadrados. En cualquier caso, los gofres noruegos son más finos y más esponjosos que las versiones americana o belga. Lo mejor es que los puedes disfrutar a cualquier hora del día, ya que en Noruega siempre es buen momento para tomar un gofre. Se sirven incluso en el restaurante Maaemo, merecedor de tres estrellas Michelin entre 2016 y 2019 y mayor representante de la cocina nórdica.

“Los gofres son una parte tan integral de la identidad y la cultura noruegas que teníamos que destacarlo”, explica el chef Esben Holmboe Bang acerca de la nueva sensación en los almuerzos de Maaemo: crujientes y dorados gofres en forma de corazón hechos de cereal fermentado y manteca de vaca.

“Los gofres son una parte integral de la identidad y la cultura noruegas” – Esben Holmboe Bang

¿Cómo te gustan a ti los gofres?

El joven sueco Jonathan Larsson quedó tan fascinado con la tradición de los gofres cuando se mudó a Oslo hace unos años que comenzó a venderlos desde la ventana de su habitación. Los toppings que ofrecía eran algo fuera de lo común: queso azul, salchichas, coco… Sus gofres tuvieron mucho éxito, por lo que este nuevo hobby se convirtió en un trabajo a tiempo completo cuando abrió su propio local de gofres, Haralds vaffel.  Su favorito es el que lleva mantequilla, crema agria y el típico queso marrón noruego, de sabor dulce, y que se derrite desde arriba.

Las opciones para los toppings son prácticamente infinitas. Si decides hacer un viaje a Noruega a través de sus gofres (¿por qué no?), seguramente acabarás degustando gofres con huevo y caviar o mora de los pantanos en el Norte de Noruega, con jamón y queso marrón en Telemark, y con helado en el Sur de Noruega. Y no te pierdas el plato estrella en Moss: el gofre de perrito caliente.

Un símbolo de amor y de lo kos

Los gofres son la quintaesencia de lo kos, que en noruego quiere decir “pasar un buen rato”. Para los noruegos que están lejos de su país, evocan nostalgia y representan un dulce recuerdo, según la Sjømannskirken o Iglesia de los marineros noruegos. Los gofres en forma de corazón han sido, durante más de 150 años, una marca distintiva de esta iglesia, que vende no menos de 30.000 deliciosos gofres cada año. Cada congregación de esta iglesia tiene su propia receta. Puedes echar un vistazo a todas ellas en la web oficial de la Sjømannskirkens (contenido solo en noruego).

Por otro lado, el noruego Joar Mortveit, de la pequeña localidad de Skjold, en Rogaland, dio de comer a cientos de personas con un único y gigantesco gofre en el año 2011. Esta hazaña le supuso conseguir el récord Guinness por el gofre más grande del mundo.

¿Con ganas de más?

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