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Los boller noruegos: panecillos sumamente adictivos

Para cuando estás de viaje, o para celebrar un cumpleaños, o después de un largo día de trabajo...

¡Los bolle nunca fallan!

Y es que estos bollitos suaves son una maravilla típica de Noruega.

¿Notas el toque de cardamomo?

Con más mantequilla, azúcar y una buena cantidad de canela…

…¡voilá! Obtenemos los famosos kanelbolle (en forma de espiral) y kanelsnurr (de lazo).

Bollos irresistibles

“La bollería noruega es sencillamente irresistible”, asegura Bodil Nordjore, escritora noruega de libros de cocina, entusiasta de los bollos y ganadora de varios premios por su labor en el ámbito de la cultura gastronómica noruega.

“Todos se rinden a estas pequeñas maravillas, que todo lo mejoran, al menos durante unos minutos”, señala. “No se pegan ni se desmigajan. Su olor es divino y su sabor estimula las papilas gustativas”.

¿Se les puede poner alguna pega?

“Muchos otros lugares del mundo cuentan con su propio tipo de panecillo dulce, pero los noruegos son especiales y tienen menos grasa que, por ejemplo, el brioche francés”, explica Nordjore.

Aunque ahora son un elemento fundamental de la cultura noruega, los bollos no se convirtieron en uno de los antojos preferidos del país hasta que el trigo blanco llegó a Noruega en el siglo XIX y se empezaron a instalar hornos en los hogares particulares.

Hoy se sirven bollos con pasas chocolate, caramelo, pistacho, queso marrón…

… o un festín de frutos rojos.

Siempre contigo

Tradicionalmente, los aficionados a la bollería se dividen en Noruega en dos grupos: los partidarios y los detractores de las pasas. A Bodil Nordjore le gustan los bollos bien cargados de pasas y muy tiernos.

Los bollos pueden degustarse en una cafetería o en plena calle. Y lo mejor es que da igual cómo o cuándo se te antojen, ya que están por todas partes: pastelerías y cafeterías, tiendas… ¡Hasta en las gasolineras! En 2017, solo en estaciones de servicio noruegas se vendieron más de 40 millones de bollos, según TV2.no.

De hecho, en la gasolinera Shell Espa, en el Este de Noruega, la venta de bollos para los viajeros es una cosa muy seria: en 2019 vendieron un millón y medio de bollos, por lo que no es de extrañar que se la conozca como Bolleland (la tierra de los bollos). No olvides parar allí si viajas desde Oslo hacia destinos populares de esquí como Hafjell, Sjusjøen, Kvitfjell y Trysil.

En el municipio de Lom, situado en una zona montañosa entre el Este de Noruega y la Noruega de los Fiordos, la panadería y pastelería local se ha convertido en todo un reclamo turístico. Sobre todo durante el verano, los viajeros hacen cola con gusto para hacerse con los bollos y otros productos horneados.

En verano hay mucho que celebrar.

Y los bollos sirven también para festejar el regreso del sol tras el período invernal en el Norte de Noruega. Allí cuentan incluso con un tipo específico llamado solboller (es decir, bollos con forma de sol).

En el mes de diciembre, a la masas de los boller se le añade un ingrediente especial: ¡azafrán!

A estos bollos de azafrán en forma de S se los conoce como Lussekatter y suelen tomarse el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre.

Están tan ricos que es difícil conformarse con uno. Aunque... ¿quién ha dicho que solo puedas tomar uno?

Otro de los más populares es el skolebrød: grandes bollos rellenos de untuosa crema de vainilla y decorados con glaseado y coco rallado.

La bollería incluso se convierte en una declaración de estilo. La joven Nicoline Lysholm bautizó como skillings a sus bollos de canela con glaseado de color rosa. Su éxito fue arrollador nada más publicarlos en Instagram en la primavera de 2020.

En unos días, la gente hacía cola para conseguir uno de esos bollos recién hechos.

Los preferidos de los expertos

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que es posible disfrutar de la cultura de la bollería en cualquier lugar de Noruega, incluso en un restaurante con estrellas Michelin como Maaemo, que goza de un amplio reconocimiento como el mejor restaurante de Noruega y está a la vanguardia de la cocina nórdica. Tras su reapertura en Bjørvika, uno de los barrios de moda de Oslo, el chef incorporó los rollos de canela al menú.

Después de degustar la mejor comida de su vida, los comensales son conducidos a una nueva sala donde el café y los bollos de canela marcan un punto álgido. Ni siquiera después de 15 platos hay quien rechace un bollo de canela recién horneado que parece abrazarse a las papilas gustativas.

Y a ti, ¿cómo te apetece?

Receta: haz boller en casa

Consigue la receta en nuestro Recetario noruego y atrévete a confeccionar estos tiernos, esponjosos y deliciosos bollos dulces en casa.

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