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SKREI

El bacalao en su máxima expresión

Cada año en invierno, cientos de barcos de pesca se reúnen en el agitado fiordo de Vestfjord, acompañados normalmente por un grupo de gaviotas hambrientas.

Se trata de pescadores que salen en busca de skrei, una especie de bacalao migratorio procedente del mar de Barents que, cada doce meses, alcanza las costas del Norte de Noruega para reproducirse.

Los ejemplares de esta especie de bacalao de gran tamaño abundan en las aguas de Lofoten, Senja y Vesterålen entre enero y abril.

El largo viaje que emprende el skrei hace que su carne sea más firme que la del bacalao normal, que suele permanecer siempre en el mismo lugar.

La carne blanca de este pez es tan tierna que se transforma en suaves copos al pincharla suavemente con un tenedor.

Quizás hasta te atrevas a intentar pescar skrei tú mismo. Un ejemplar de skrei puede llegar a pesar 55 kilogramos y medir hasta 180 centímetros.

¡Recuerda inmortalizar el momento si el pez muerde el anzuelo!

Eso sí, aprovecha toda la carne del pescado, y no solo el filete. La lengua de bacalao frita es un manjar crujiente y lleno de sabor. Sin duda, uno de los platos favoritos entre los locales.

Gracias al skrei, las poblaciones tan al norte lograron sobrevivir.

El bacalao seco (tørrfisk, en noruego) fue un producto de vital importancia durante la edad vikinga.

Fue también el producto más importante para las exportaciones noruegas durante cientos de años. En ciudades como Trondheim o Bergen, mucha gente hizo del comercio de pescado seco con el sur de Europa su principal forma de vida.

Más al norte, pequeñas aldeas de pescadores y núcleos urbanos dedicados al comercio comenzaron a aparecer por todo el litoral.

Durante la temporada de pesca conocida como lofotfiske, miles de pescadores procedentes de toda Noruega solían acudir a Lofoten. Allí, en Henningsvær, los barcos pesqueros solían situarse tan pegados los unos a los otros que se podía cruzar de un extremo de la fila al otro sin mojarse los pies.

Pero la pesca también podía llegar a ser peligrosa. El 25 de enero de 1893, 130 pescadores murieron durante una fuerte tormenta.

Hoy en día, Henningsvær es una idílica localidad con un montón de preciosos restaurantes y pequeñas galerías de arte, además de un creciente grupo de aficionados al alpinismo. Un ambiente similar se puede experimentar visitando otra de las muchas aldeas de pescadores en el Norte de Noruega.

Entre las que cuentan con una importante historia pesquera se encuentran Kabelvåg, Nusfjord, Røst y Å, en Lofoten, Nyksund, en Vesterålen, y el antiguo enclave comercial de Kjerringøy, cerca de Bodø.

Otro enclave comercial, el de Havnnes, en Lyngen (o Havnnes Handelssted) es una de las pocas aldeas de pescadores de la provincia de Finnmark que no fueron destruidas en la Segunda Guerra Mundial.

En muchas de estas pequeñas localidades puedes alojarte en un rorbu, típica cabaña de pescadores, y sentir de cerca el poder de la naturaleza.

El rey Øystein Magnusson introdujo la costumbre de construir rorbuer en el siglo XII, para que los pescadores desplazados de su lugar de residencia tuvieran un sitio en el que pasar la noche.

Hasta entonces, los pobres pescadores solían dormir bajo sus barcas, hiciese el tiempo que hiciese.

Puedes también disfrutar del skrei con la conciencia tranquila. La del bacalao noruego del ártico es una de las poblaciones de peces mejor conservadas del mundo.

El skrei fresco y seco es aún uno de los productos más importantes para las exportaciones noruegas.

De ahí que la gente del Norte de Noruega se refiera al característico olor de este pescado seco como al “olor del dinero”.

La palabra noruega para decir bacalao es torsk. Procede de la forma turskr en noruego antiguo, que significa precisamente pescado seco.

El skrei se deja secar en armazones al aire libre durante varios meses. El suave aire salado de la costa contiene las cantidades justas de sol, lluvia, nieve y viento para garantizar una perfecta fermentación. Finalmente, el pescado se deja madurar en el interior.

El pescado seco de Lofoten (Tørrfisk fra Lofoten) es una Indicación Geográfica Protegida (IGP). Algo parecido a lo que ocurre con el champán.

Así que ya sabes: ¡no puedes irte sin probarlo!

El pescado seco ha de dejarse en remojo durante varios días antes de que esté listo para ser cocinado. Tras ello, puede hacerse al horno o a la plancha, y se puede comer en ensaladas, pizza o guisos.

Prueba el boknafisk, una especialidad local, en la que el pescado es secado solo parcialmente.

¿Sabías que el lutefisk, típico plato navideño noruego, se elabora con pescado seco?

Y como se utiliza todo el pescado, no se tira nada.

Estas cabezas de bacalao seco se venden a Nigeria, donde se usan como ingrediente para preparar uno de los principales platos típicos de ese país.

Además, la leche de bacalao (o lo que viene siendo el esperma del pez), se distribuye a restaurantes asiáticos especializados en sushi.

Las huevas pueden cocinarse, o bien servir para elaborar el caviar más delicioso. De ellas se extraen también vitaminas y ácidos grasos Omega-3 para producir el tremendamente saludable aceite de hígado de bacalao.

Unas finas láminas de pescado seco pueden ser también una deliciosa merienda o tentempié 😋

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