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El sabor de la Navidad

Los noruegos son conocidos como uno de los pueblos más felices y, como cabría esperar, celebran la Navidad de maneras muy diversas. Algunos se empapan de la parte más devota de las Fiestas, o disfrutan de un tiempo de reposo con familiares y amigos. Otros se entregan a las celebraciones.

Aun así, existen determinados sabores, aromas y tradiciones que han de ser mantenidas para que el verdadero espíritu de la Navidad se apodere de los hogares noruegos. Estas costumbres varían de norte a sur y de este a oeste del país, pero aquí te presentamos algunas de las principales. ¿A qué esperas para ponerte manos a la obra? Ve preparándote para unas vacaciones de lo más sabrosas calentando tu paladar con algunas de las deliciosas recetas que encontrarás en nuestro Recetario noruego.

¿Cerdo o cordero?

Si preguntásemos cuál es la comida más esperada durante todo el año, muchos responderían que se trata de la cena de Nochevieja.

Dos platos se disputan en Noruega el honor de ser el más famoso de las cenas navideñas: el ribbe (costillas de cerdo) y el pinnekjøtt (costillas de cordero o de oveja). Mientras que el primero ha sido la primera opción durante muchos años, la popularidad del pinnekjøtt va en aumento y no deja de crecer. Muchos noruegos tienen la suerte de disfrutar de ambos platos en Navidades.

Las costillas de cerdo destacan sobre todo por su piel, que requiere de tiempo y esfuerzo para estar tan crujiente como debe estar. Se acompañan normalmente de albóndigas, salchichas, chucrut y otras guarniciones igual de contundentes.

El pinnekjøtt, que significa literalmente “palo de carne”, son costillas de cordero o de oveja curadas en salmuera o sal marina, y su nombre responde a la tradicional forma de prepararlas: al vapor y sobre unas ramas de abedul. La carne juega el papel principal, pero las patatas, el puré de verduras y el caldo son acompañamientos esenciales.

El smalahove es una especialidad culinaria muy típica en el periodo previo a la navidad, sobre todo en la Noruega de los fiordos. Se trata de una cabeza de cabra hecha a la brasa, ahumada y hervida, que se sirve de una pieza, normalmente acompañada de patatas, puré de colinabo, cerveza y aquavit.

Pescado procedente de una larga costa

Debido a la larga historia de Noruega como un pueblo de pescadores, no es de extrañar que las Navidades en la costa se celebren con los tesoros que el mar brinda. 

En el sur, el bacalao cocido es uno de los platos favoritos para Nochebuena, servido preferiblemente con salsa de mantequilla Sandefjord, zanahorias y patatas. Aunque las costillas mencionadas anteriormente parecen haber sustituido al pescado blanco que solía ser habitual el día de Navidad, mucha gente, sobre todo en el sur, todavía lo disfruta durante alguna de las comidas entre la Nochebuena y la Nochevieja.

Sin embargo, la tradición navideña más antigua en Noruega es el lutefisk, que se remonta al siglo XV. Se trata de pescado seco que se ha conservado en agua con sosa cáustica (lut). Cada diciembre, los noruegos devoran más de 750 toneladas de esta exquisitez única. El lutefisk tiene también bastante éxito en las zonas de Estados Unidos con más descendientes de noruegos, como son Minnesota y Wisconsin.

Igual que el lutefisk, el rakfisk puede sonar algo extraño al principio, pero este pescado de agua dulce fermentado cuenta con muchos entusiastas. Se sirve habitualmente entre finos panecillos de patata, con salsa agria y cebolla. En Bergen, el plato favorito durante las Fiestas es en muchos hogares el persetorsk, filetes de bacalao dulces y salados.

Como postre, el arroz con leche con nata montada es un clásico de la Nochebuena noruega, mientras que la multekrem (moras de los pantanos con nata montada) es más habitual en el norte. Otros alimentos típicos en esta época del año en Noruega son las clementinas, las nueces, el arenque, y el lomo de cerdo en escabeche con mostaza.

Tradiciones líquidas con un toque picante

Cuando se habla de platos tradicionales, es muy probable que existan también tradiciones a la hora de beber. Los noruegos disfrutan sobre todo de dos tipos de bebidas: la cerveza y el aquavit.

La cerveza típica de las Navidades es más oscura, con más cuerpo y de mayor contenido en alcohol que la que se consume durante los meses precedentes. Antaño, todos los noruegos, pobres y ricos, estaban obligados por ley a elaborar su propia cerveza y el hecho de reunirse para beberla se consideraba algo sagrado.

Junto con esta cerveza intensa, los noruegos beben también aquavit, un licor típico de los países nórdicos elaborado con patata y especias. El aquavit, que en Noruega es madurado en barricas de roble, ayuda a digerir los empachos típicos de las comidas de Navidad.

Los noruegos tienen también su propia versión del vino caliente con especias. El Gløgg se elabora normalmente con vino tinto y/o aquavit calientes, azúcar, naranja amarga, y especias como canela, cardamomo, jengibre y clavo. Se sirve con almendras y pasas. Los menores suelen beber una versión sin alcohol del Gløgg, hecha con zumo de frutas en lugar de vino.

El hambriento duende del granero

El amable, generoso y gordito Papá Noel ha pasado a ocupar un lugar central en las modernas celebraciones navideñas en Noruega. Sin embargo, el Fjøsnissen, o el “duende del granero”, es un personaje más travieso y con un punto siniestro que tuvo su importancia cuando Noruega era aún un pueblo agrícola.

Lo mejor era no ganarse la enemistad de este tipo bajito y barbudo. Cuando se le trataba bien, se aseguraba de hacer que tu granja saliese adelante. Pero si no estaba satisfecho con el devenir de las cosas, podía llegar a ejercer las formas más brutales de venganza, como atacar mortalmente al ganado.

Es por esto que los granjeros solían dejar en el establo, todas las Navidades, gachas de arroz y cerveza casera. Una tradición que aún hoy se conserva en muchas granjas noruegas.
 

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