El sabor de Lom
y del valle de Ottadalen
Cocina de montaña sabrosa y patrimonio cultural
En la intersección entre este y oeste se encuentra Lom, un pueblo perteneciente al parque nacional, rodeado por las montañas más altas de Noruega en Jotunheimen.
El singular patrimonio cultural de Lom y del valle de Ottadalen se refleja en sus antiguos edificios de madera y granjas históricas.
Muchas de las granjas grandes se han transformado en alojamientos de montaña cálidos y acogedores, y otros han cobrado un aire más lujoso.
Esta región se posiciona como referente en cocina de montaña, con el reconocido chef Arne Brimi al frente, y atrae a apasionados de la gastronomía de todo el mundo.
En pleno centro de Lom, con vistas a la cascada de Prestfossen, una popular panadería atrae a mucha gente por sus bollitos caseros.
Junto a la panadería, en el centro del pueblo, aguarda otra joya: Smak i Lom, una tienda local con algunos de los mejores alimentos artesanales y de ámbito reducido de la zona.
Un poco más al suroeste de Lom, hay una granja y un jardín de hierbas aromáticas que no puedes perderte.
Aukrust se gestiona de forma biodinámica desde 1986. Puedes pasear por su jardín de 200 especies de hierbas por tu cuenta o con un guía.
Además del jardín de hierbas, hay una tienda en la que podrás comprar hierbas, embutidos curados y verduras.
Y, si continúas hacia el suroeste, te encontrarás este lugar histórico.
El hotel boutique Røisheim tiene una larga tradición como refugio para viajeros.
En el corral, los catorce edificios de la década de 1700 crean un ambiente único, pero la verdadera magia tiene lugar en el restaurante del hotel.
Es imposible hablar de hoteles históricos en la zona sin mencionar el hotel Elveseter Art and Culture, a 10 minutos en coche al sur de Røisheim.
“Este hotel pertenece a la familia Elveseter desde hace casi 150 años.”
Karine Bjørkvik Elveseter
Directora, Hotel Elveseter
La colección se compone de obras de arte noruegas de la segunda mitad del siglo XIX, así como de obras de artistas procedentes de Düsseldorf, Múnich y París.
“Algunas de las personas que se alojaban en el Elveseter eran artistas y donaron obras que ahora forman parte de la colección.”
Inger Karine Bjørkvik Elveseter