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El sabor de Lom
y del valle de Ottadalen

Cocina de montaña sabrosa y patrimonio cultural

En la intersección entre este y oeste se encuentra Lom, un pueblo perteneciente al parque nacional, rodeado por las montañas más altas de Noruega en Jotunheimen.

El singular patrimonio cultural de Lom y del valle de Ottadalen se refleja en sus antiguos edificios de madera y granjas históricas.

Muchas de las granjas grandes se han transformado en alojamientos de montaña cálidos y acogedores, y otros han cobrado un aire más lujoso.

Esta región se posiciona como referente en cocina de montaña, con el reconocido chef Arne Brimi al frente, y atrae a apasionados de la gastronomía de todo el mundo.

Alójate en un hotel boutique histórico y disfruta de una comida de cuatro pases. Prueba la cocina de montaña noruega en una granja estival y mete bollitos recién horneados en la mochila antes de sumergirte en la fascinante historia de la zona.

Map of Norway

© Mapbox © OpenStreetMap Improve this map

¡Te damos la bienvenida a Lom y al valle de Ottadalen!

El valle de Ottadalen, uno de los valles laterales que se bifurcan del gran valle de Gudbrandsdalen, se extiende por los municipios de Skjåk, Lom, Vågå y Sel.

Históricamente, Lom ha sido un importante nexo entre el este y el oeste, y ahora es un pueblo del parque nacional que se encuentra a cuatro horas y media por carretera de Oslo hacia el noroeste. También es la puerta de entrada perfecta a varios parques nacionales y a las dos montañas más altas de Noruega, Galdhøpiggen y Glittertind.

Ottadalen y Lom son conocidos por su comida deliciosa y reconfortante. El famoso chef noruego Arne Brimi, entre otros, ha contribuido a situar la zona y sus productos en el mapa culinario.

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Brimiland: el terreno de juego de un chef consagrado

«Los agricultores altamente cualificados, la conservación de la agricultura tradicional de montaña y una cultura gastronómica auténtica es lo que hace que esta zona sea tan especial», afirma el maestro cocinero y escritor Arne Brimi.

Brimi es un famoso chef noruego de Vågå que dirige el restaurante Vianvang en su pueblo natal. El objetivo no es solo que los clientes disfruten de una cena de alto nivel, sino también que aprendan sobre la comida, la cultura, la historia y la naturaleza de la zona. Aunque el restaurante sirve alta cocina, el concepto es cálido, acogedor y humilde. Visitar Vianvang es más una experiencia que una simple comida.

«Estamos rodeados de parques nacionales y de áreas recreativas, así que, como anfitriones en las montañas Jotunheimen, tenemos la responsabilidad de cuidar el lugar pensando en el futuro», expone Brimi.

En lo alto de las montañas pastan ovejas y vacas, y hay dos asociaciones locales de renos domesticados que suministran a los restaurantes una increíble carne de reno. La región también es conocida por sus hortalizas y hierbas aromáticas de gran calidad, lo que se traduce en una visita deliciosa.

«Aquí predominan los negocios familiares y los anfitriones están muy orgullosos de lo que ofrecen. La comida rápida no forma parte de la identidad gastronómica local», expone Brimi.

Vianvang forma parte del concepto Brimiland, o «tierra de Brimi», y hace referencia a una zona entre Vågå y Lom en la que la familia Brimi ha abierto varios restaurantes y alojamientos. Aquí podrás disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre, desde comida deliciosa y alojamiento único hasta granjas estivales.

Granjas de verano

No muy lejos de Vianvang, junto al lago Tesse, se encuentra la granja de verano Brimi Sæter (que también forma parte de Brimiland), una idílica granja familiar en las montañas.

Las granjas de pastoreo de verano han desempeñado un papel importante en la agricultura noruega. Antes de que se inventaran los piensos, los granjeros tenían que trasladar cada verano al ganado a las montañas para pastar.

Algunas de estas históricas granjas de montaña siguen en activo en los lugares más increíbles.

Las granjas de pastoreo acogen a sus huéspedes para que vivan una experiencia única, tanto en lo que respecta al alojamiento como al plano gastronómico. Suelen tener tiendas en las que degustar productos de la granja, como quesos locales con premios, gachas de crema agria y embutidos.

Comida de granja en Brimi Sæter

En Brimi Sæter podrás acercarte a los animales, visitar el granero y aprender sobre la producción local de queso. En los últimos años, la granja ha ganado varias medallas por su queso Sæterost, que forma parte de su plato Skråpå-tå, una sabrosa raclette que sirven en el granero.

¿Vas a hacer una escapada de un día este verano? No te olvides de probar el gofre noruego en el Sæter Café y degustar el famoso queso en la tienda de la granja.

Lom, un pueblo del parque nacional

Lom ha recibido el título de «pueblo del parque nacional», ya que es la puerta de entrada (natural) a los parques nacionales de la zona. Destaca por sus oscuros edificios de madera y la hermosa cascada Prestfossen, que atraviesa el centro.

El pueblo siempre ha sido una parada importante para los viajeros entre el este y el oeste. La iglesia de madera de Lom, situada en el centro y construida a mediados del siglo XII, siguen utilizándola tantos los locales como los turistas.

Debido a la gran afluencia de visitas que recibe, los hoteles y restaurantes del pueblo siguen creciendo y prosperando. Además, algunos de ellos se encuentran en grandes granjas que se han restaurado.

En pleno centro de Lom, con vistas a la cascada de Prestfossen, una popular panadería atrae a mucha gente por sus bollitos caseros.

Bakeriet i Lom

«Bakeriet i Lom fue una de las primeras panaderías artesanales de Noruega», explica su propietaria, Jeanette Schakenda.

Cada vez que se habla de Bakeriet i Lom, es imposible no pensar en rollitos de canela recién horneados. Por tanto, tanto si te alojas en Lom como si vas a pasar por allí en coche, ¡no puedes saltarte esta parada!

Fue el difunto marido de Jeanette, Morten Schakenda, quien abrió la panadería en Lom en 2004. Morten era un reputado chef noruego y formaba parte del Equipo culinario de Noruega, pero soñaba con abrir una panadería.

«La naturaleza de esta zona y su ubicación junto a la cascada de Prestfossen nos atraían tanto que tuvimos que mudarnos aquí y abrir la panadería», comenta Jeanette.

Rápidamente se convirtió en un éxito y a día de hoy la carta sigue creciendo: pan, bollitos, pasteles, zumos de fruta noruegos… ¡por mencionar solo algunas de sus exquisiteces!

Junto a la panadería, en el centro del pueblo, aguarda otra joya: Smak i Lom, una tienda local con algunos de los mejores alimentos artesanales y de ámbito reducido de la zona.

Smak i Lom

Las salchichas curadas de reno de Skjåk, la mermelada artesanal de moras de los pantanos y el galardonado queso marrón del valle de Gudbrandsdalen son solo algunas de las especialidades que se pueden comprar en la tienda local.

Smak i Lom se enorgullece de vender una gran cantidad de productos ecológicos, sin sabores artificiales y basados en recetas tradicionales noruegas. En otras palabras, un tesoro para las personas que buscan probar comida auténtica.

En verano sirven un menú de mediodía cocinado con ingredientes locales, helados ecológicos y café del tostador Sognefjord Kaffibrenneri. ¿Qué te parecería cenar al aire libre en la terraza con vistas a la iglesia de madera de Lom?

Cafeterías y comida local

Descansa un poco en la panadería o en una de las encantadores cafeterías, o llena la mochila de delicias locales.

El hotel Fossheim

Lom ofrece una variedad de alojamientos únicos: el hotel Fossheim es uno de los hoteles históricos y tradicionales de Lom y su restaurante es excelente.

En 1897 la familia Garmo (que sigue siendo la propietaria, aunque ahora Heidrun Garmo esté al mando) fundó aquí una estación de autobuses, que se ha reconstruido y ampliado a lo largo de los años.

Cuando Arne Brimi apenas se había licenciado en hostelería, lo contrataron como jefe de cocina en Fossheim y contribuyó a que la cocina de este sitio se hiciera famosa en toda Noruega.

La comida de Fossheim

Los sabores del restaurante reflejan la identidad de Lom: ingredientes de las montañas, pescado de los lagos y productos locales de las granjas, todo ello con un toque moderno.

El restaurante también tiene un menú vegetariano para la cena. ¡Pregunta al camarero por el menú del día!

Puedes ir a Fossheim solo para comer, incluido el desayuno.

Un poco más al suroeste de Lom, hay una granja y un jardín de hierbas aromáticas que no puedes perderte.

Aukrust se gestiona de forma biodinámica desde 1986. Puedes pasear por su jardín de 200 especies de hierbas por tu cuenta o con un guía.

Además del jardín de hierbas, hay una tienda en la que podrás comprar hierbas, embutidos curados y verduras.

Y, si continúas hacia el suroeste, te encontrarás este lugar histórico.


El hotel boutique Røisheim tiene una larga tradición como refugio para viajeros.

En el corral, los catorce edificios de la década de 1700 crean un ambiente único, pero la verdadera magia tiene lugar en el restaurante del hotel.

Técnicas francesas e ingredientes locales

Røisheim era una antigua estación de correos de 1858. Las habitaciones restauradas se conservan en perfecto estado y cada una tiene un estilo único.

Cenar en Røisheim es casi obligatorio, tanto si te alojas allí como si no. A las 19:30, el chef toca la campana de la antigua torre del reloj para anunciar que la cena está lista. ¡Prepárate para una experiencia de cuatro pases en el edificio principal!

«Para mí, Lom sabe a bosque. A menudo recolectamos setas, bayas y hierbas de la zona, además de verduras de producción local. Nuestro objetivo es utilizar tantos ingredientes nacionales como sea posible y conseguimos pescado de los fiordos y carne de las montañas», expone el chef y anfitrión, Tage Koch Jensen.

Jensen es anfitrión del hotel junto con Maja Hydal. Ambos son de Dinamarca y han trabajado en restaurantes y hoteles noruegos, franceses y daneses. Al degustar los platos de Røisheim, te das cuenta de que las técnicas son francesas, pero se combinan con ingredientes noruegos.

Es posible alojarse en Røisheim entre mayo y septiembre y la estancia incluye un delicioso desayuno bufé.

Superconsejo: ¿estás planificando una escapada en esta zona? Al alojarte en el hotel, puedes prepararte un matpakke, es decir, un almuerzo para llevar, y llenar tu termo de café caliente. Así tendrás todo lo necesario para continuar la aventura.

Restaurantes que merece la pena visitar

Estos locales ofrecen una experiencia gastronómica especial.

Es imposible hablar de hoteles históricos en la zona sin mencionar el hotel Elveseter Art and Culture, a 10 minutos en coche al sur de Røisheim.

Este hotel pertenece a la familia Elveseter desde hace casi 150 años.

Karine Bjørkvik Elveseter

Directora, Hotel Elveseter

Arte e historia en Bøverdalen

Al conducir por Bøverdalen, se pasa por delante del fascinante hotel Elveseter. Es fácil de reconocer desde la carretera por la columna Saga de 34 metros de altura que hay fuera del hotel.

Esta antigua finca familiar lleva recibiendo turistas desde la década de 1870: de reyes y reinas a exploradores y artistas.

Arte en el hotel Elveseter

«A mi familia siempre le ha interesado el arte», explica Inger Karine Bjørkvik. Es la sexta generación de la familia que dirige el hotel.

Los huéspedes de Elveseter tienen la posibilidad de contemplar la colección de arte de la familia. En el edificio principal, los tesoros incluyen obras de Adolph Tidemand, Oscar Arnold Wergeland y Gerhard Munthe.

«Durante generaciones, mi familia ha coleccionado arte y antigüedades de reputados marchantes noruegos y casas de subastas internacionales», expone Bjørkvik.

La colección se compone de obras de arte noruegas de la segunda mitad del siglo XIX, así como de obras de artistas procedentes de Düsseldorf, Múnich y París.

Algunas de las personas que se alojaban en el Elveseter eran artistas y donaron obras que ahora forman parte de la colección.

Inger Karine Bjørkvik Elveseter

La columna Sagasøyla: un fragmento de la historia

La columna del exterior del hotel también es una de sus obras de arte. Estaba destinada a convertirse en el nuevo monumento nacional de Noruega, que iba a colocarse frente al Parlamento de Oslo. Sin embargo, al final de la II Guerra Mundial, la columna no estaba terminada y el escultor había expresado sus simpatías por las fuerzas de ocupación alemanas.

En 1980, Amund Elveseter, el anterior propietario de Elveseter, descubrió los elementos de la columna inacabada en un cobertizo de Oslo. Como miembro de la resistencia noruega durante la guerra y coleccionista de arte, pensó que la columna merecía algo mejor.

«La escultura se terminó y en 1992 la columna se erigió aquí», comenta Inger Karine Bjørkvik Elveseter. Ahora se ha convertido en un monumento turístico popular.

¿Te has quedado con ganas de más? Elveseter sirve una comida de tres pases todos los días y el menú está compuesto de ingredientes locales.

Arte y cultura

Más arte y cultura en la zona.

Alojamientos históricos

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Viaje por carretera para comidistas

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Viajes para apasionados de la gastronomía

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