Esquí de fondo en Noruega
Rutas perfectas sobre la nieve
No importa cuántos kilómetros lleves recorridos o si es tu primera vez.
¡La sensación es inigualable!
Bosques de cuento de hadas.
Blancos paisajes.
Hallazgos arqueológicos indican que los moradores de los países nórdicos usan los esquís desde hace más de 5.000 años. Algo que no hace sino confirmar el viejo dicho según el cual “los noruegos nacen con los esquís puestos”.
El esquí, considerado el deporte nacional de Noruega, es aquí el pasatiempo favorito durante el invierno. En esta época del año, el país se convierte en un paraíso del esquí gracias a innumerables pistas de la más alta calidad.
El esquí de fondo es un buen ejercicio, con independencia de la intensidad con que se practique. Vayas más rápido o más despacio, al final alcanzarás la meta…
…y podrás disfrutar de un merecidísimo descanso para comer.
El esquí no es solo para deportistas profesionales como Johannes Høsflot Klæbo o Marit Bjørgen. Aunque hay quien se calzó sus primeras botas de esquí en cuanto aprendió a caminar, otros tienen su primer contacto ya en la edad adulta. ¡Todo es posible!
Además, si te engancha, tenemos una buena noticia: no es preciso esperar la llegada del invierno.
Sol, verano y… ¿esquí? Pues sí, es posible.
Visita las pistas del glaciar de Folgefonna, en Hardanger, Stryn Sommerskisenter y Sognefjellet Sommerskisenter.
O dirígete a SNØ, a las afueras de Oslo, un enorme espacio cubierto para disfrutar de la nieve.
Aquí, unas condiciones excelentes para la práctica del esquí están garantizadas todo el año.
Y si te van los retos, puedes ponerte a prueba en la Birkebeinerrennet. Unos 10.000 aficionados al esquí participan cada año en esta una maratón de 54 kilómetros que transcurre por la montaña entre Rena y Lillehammer.
¡A por ella!
A los noruegos se les da de maravilla animar el ambiente en las pendientes. No solo en la Birkebeinerrennet; también en las numerosas competiciones internacionales que se celebran en todo el país.
Pero quizás te apetece tomártelo con calma y dejar de lado la competición.
En ese caso, puedes darle una oportunidad a la ruta del trol, o Trolløypa.
Una semana. 170 kilómetros sobre los esquís.
En su juventud, al campeón olímpico Petter Northug le habría parecido cosa de niños. Pero sin duda el trayecto de una semana entre Høvringen y Lillehammer resulta más adecuado para esquiadores experimentados.
No obstante, se trata de una de las rutas en las que puedes desplazarte de un lugar a otro subido a los esquís. Si no te gusta organizar el viaje tú mismo, no te preocupes: varios proveedores ofrecen paquetes turísticos.
En cualquier caso, unas vacaciones de esquí no consisten únicamente en hacer kilómetros sobre la nieve. Regálate unas noches en un hotel de montaña y aprovéchalas para hacer excursiones de un día.
¿O quizá prefieras alojarte en una acogedora cabaña donde puedas subirte a los esquís nada más cruzar la puerta?
Eso sí, no olvides lo que dice el código de la montaña, sobre todo su punto número dos: planifica las rutas en función de tu capacidad y de las condiciones.
Puedes comprobar la probabilidad de avalancha en tu destino en el Varsom.no mapa de avalanchas.
Y, después de un día esquiando, no olvides pasar la tarde como un auténtico escandinavo: prendas de lana y una deliciosa bebida junto a la chimenea.
¡Ahora te toca a ti!