La Juhls Silver Gallery
en Finnmark
Un sitio realmente mágico
Enclavada entre los árboles de las afueras del centro de Kautokeino y con vistas al río Alta, encontrarás un lugar muy especial y peculiar llamado Juhls Silver Gallery.
“Este es el trabajo de mi vida y tengo que terminarlo antes de que se me acabe el tiempo.”
Regine Juhls
Fundadora, Juhls Silver Gallery
Cada rincón de esta tienda y galería cuenta una historia. Regine y su marido Frank la han construido desde cero en los últimos 60 años.
En el fondo, Regine siempre ha sido una artista y, en los últimos años, esta pasión la ha llevado a interesarse en algo distinto a la plata.
Empezó con un fósil que encontró de niña y que luego pegó a una pared de la tienda en 1993.
Desde entonces, su espectacular mosaico se ha ido llenando de historias que cuidan hasta el más mínimo detalle.
«Me intrigan la historia, la filosofía y el universo», afirma Regine.
Parte del mosaico recorre la historia de la humanidad en el mundo occidental a través de diferentes temas, como los mitos y el matriarcado.
También verás mucha inspiración espacial y planetaria, y hay algunas partes del diseño de las que Regine no quiere hablar.
«Los tres elementos principales de la pared son pizarras de Alta, hierro oxidado desechado en zanjas y vidrio fundido de una forma específica para crear cuadrados gruesos».
«A veces me encuentro con algo al azar y siento que también tiene que formar parte de la pared», añade Regine.
A sus 80 años, Regine sigue trabajando en esta obra de arte más de 30 años después de empezar. Dedica sus días a terminar la obra de su vida y mantiene siempre cerca el mosaico inacabado de su difunto marido para cultivar su motivación.
«Estoy decidida a terminarlo, aunque me lleve mucho tiempo y a veces sea aburrido, sobre todo cuando estoy pegando trocitos de cristal y piedra a la pared, pero hay que hacerlo», comenta Regine con convicción.
«Vendíamos alfombras afganas para ganar dinero para la gente necesitada y también volvimos a la frontera entre Afganistán y Pakistán para ayudar en persona a los refugiados», recuerda Regine.
Cuando cayó el telón de acero, retiraron una de las paredes de la sala y construyeron un camino que llevaba de nuevo a la tienda, que representaba la vuelta a casa para los refugiados.
Sin embargo, para consternación de Regine y Frank, los talibanes llegaron al poder.
La sala afgana conduce ahora a otra llena de productos de países en desarrollo.
«Queremos apoyar a las personas que crean objetos preciosos, pero que no reciben la atención que merecen», comenta Regine.
También hay algunos productos noruegos para marcar el final de los viajes exóticos. Así, cuando subas las escaleras, será como si volvieras a casa.