La naturaleza noruega invita a cuidar de uno mismo y es perfecta para unas vacaciones relajantes y/o alejadas del mundo digital. Baja los niveles de estrés y vuelve a conectar contigo mismo y con la madre naturaleza. Aquí tienes 11 planes para una escapada inolvidable.
La naturaleza y su belleza única consiguen hacernos sentir bien como ninguna otra cosa. Pero, ¿cuándo fue la última vez que te sentiste así?
En el mundo de hoy en día estamos permanentemente conectados, con miles de cosas luchando por atraer nuestra atención. Esto puede resultar agotador pero, por suerte, tiene cura.
Beneficios de vivir lentamente
Es hora de cancelar todos tus compromisos y reuniones y pensar en no hacer nada relacionado con el trabajo u otras tareas. Para aclarar nuestras ideas, hemos incluso de llegar a aburrirnos un poco, algo de lo que el profesor de filosofía Lars Svendsen sabe mucho. Svendsen comenzó a escribir su obra La filosofía del aburrimiento precisamente cuando estaba… aburrido.
“Hoy en día hacemos todas esas pequeñas cosa para pasar el tiempo, como consultar nuestros móviles permanentemente en vez de dedicar ese tiempo a pensar y desconectar. El aburrimiento se asocia normalmente con estar solo, pero puede resultar agradable el estar a tu aire en un entorno tranquilo”.
El poder calmante de la naturaleza
Si hay alguien que de verdad entiende el valor de estar al aire libre es Randi Skaug. Después de escalar las Siete Cumbres, compró una isla entera, Naustholmen, en el Norte de Noruega, y la convirtió en un centro de aventuras al aire libre para el verano.
La gente viene a relajarse, desconectar y volver a conectar con la naturaleza y con los demás. “La hora deja de importar cuando estás admirando la aurora boreal o haciendo kayak bajo el sol de medianoche”, explica Skaug.
Suena genial, ¿no? Es hora de pisar el freno. Echa un vistazo aquí abajo a nuestras 10 formas de escapar del estrés.
1. Fúndete con la naturaleza alojándote en lugares mágicos
La sensación de paz y tranquilidad que aporta la naturaleza no tiene por qué desvanecerse cuando te vayas a dormir. Si haces que tu alojamiento forme parte de la experiencia, harás de tu viaje algo aún más memorable.
Hay iglús de cristal para hacer glamping (o camping de lujo) por toda Noruega, cabañas y refugios de montaña, y cabañas junto a la costa que parecen estar suspendidas sobre el agua. Puedes hasta pasar la noche en una casa del árbol. Con cualquiera de estas opciones te sentirás en paz con la naturaleza, incluso desde la comodidad de un sillón junto a la chimenea, o tumbado en la cama y tapado con el edredón.
2. Entra en harmonía con el entorno
Algo especial ocurre cuando estás de viaje y te tomas tu tiempo para disfrutar del trayecto en lugar de apresurarte hacia tu destino. Las vistas, los sonidos, y quizás incluso los olores se vuelven más intensos… tus sentidos se agudizan. Encuentras tiempo para pensar y para sentir.
Si viajas con alguien, tienes tiempo para disfrutar de su presencia y entablar una buena conversación. Y sin duda comprenderás el verdadero valor de estos paisajes ¿Qué te parecería hacer un recorrido a golpe de remo? ¿Y qué tal explorar el país sobre el sillín de una bicicleta? Las bicis eléctricas han supuesto una nueva forma de ciclismo que te permite centrarte en disfrutar del paisaje.
3. Viaja a tu ritmo
A veces, el camino en sí es el destino. Los viajes en barco o en tren permiten admirar el paisaje a un ritmo relajado.
Empátate de historia en una réplica de un barco vikingo o conoce los fiordos en barcos eléctricos de última generación. Viaja en algunas de las líneas de tren más bonitas del mundo o embárcate en un viaje meditativo por la costa en un crucero de Hurtigruten.
4. Encuentra tu paz interior en un viaje espiritual
En Noruega hay rutas de peregrinación por todo el país, y no tienes por qué ser devoto para hacer del viaje una experiencia muy personal. Estas rutas son perfectas para los que buscan reflexionar mientras hacen largas caminatas. Tómate un tiempo para pensar, reconsiderar tu futuro, o simplemente disfrutar de las pequeñas cosas.
No importa cuál sea tu objetivo, estos caminos son una forma fácil y segura de aclarar tus ideas y quitarte el estrés. Y lo mejor de todo es que podrás hacerlo mientras disfrutas de paisajes increíbles y pintorescas aldeas con tradiciones arraigadas y deliciosa comida local.
5. Pasa la noche en un faro
El sonido relajante de las aguas en calma, la fuerza de las olas al romper contra las rocas, la brisa salada del océano… Son muchos los noruegos que se desplazan al litoral para olvidarse del estrés, pues el mar tiene algo que consigue hacerte sentir tranquilo y relajado, incluso cuando hay tormenta.
Para experimentar esta sensación de cerca, lo mejor es alojarse en un faro reformado. Estos edificios de larga historia, arquitectura clásica e increíble ubicación ofrecen una forma nueva y emocionante de pasar la noche junto al mar.
6. Adéntrate en la naturaleza
Calma, silencio y una belleza extraordinaria. La naturaleza virgen de Noruega es el lugar perfecto para desconectar del mundo digital y reconectar con uno mismo.
Sus variados paisajes van de bosques a mesetas y montañas que se alzan hacia el cielo. Noruega es tan grande y su población está tan dispersa que es muy fácil encontrar lugares donde disfrutar de momentos de soledad. Hay un sinfín de rutas marcadas que puedes tomar si lo que buscas es disfrutar de tu aventura alejado de las zonas turísticas.
7. Viaja a destinos más sostenibles
Deberíamos tener como objetivo, no solo cuidar los unos de los otros, sino también de los maravillosos lugares a los que viajamos. El sello de sostenibilidad con el que cuentan algunos destinos indica que asumen una mayor responsabilidad con respecto a la transición ecológica, el apoyo a las comunidades locales y la protección del patrimonio cultural. Viaja de manera más responsable alojándote en un hotel con sello de sostenibilidad.
Los destinos con certificación de sostenibilidad están presentes por todo el territorio noruego, desde Tromsø y Lyngenfjord en el norte hasta Lindesnes y Lysefjorden en el sur.
8. Salta de isla en isla
Noruega cuenta con decenas de miles de islas y pequeños lugares mágicos en su zona de costa. Haz un recorrido por las islas de la costa de Helgeland, Salten o la Noruega de los fiordos; o encuentra tu pequeño rincón paradisíaco en la costa del sur. Además, a tan solo un breve trayecto en barco, podrás alejarte del barullo de Oslo y disfrutar de islas espectaculares donde reina la tranquilidad.
Si evitas la temporada alta (el verano), probablemente puedas tener la costa y las islas casi para ti solo.
9. Haz yoga con vistas panorámicas
Respira hondo. Deja que la energía positiva de la naturaleza a tu alrededor atraviese todo tu cuerpo al coger aire. Ve soltando el aire poco a poco, y siente cómo tu cuerpo se va relajando con cada exhalación.
El yoga y la meditación están ganando popularidad como formas de hacer ejercicio, centrarse en uno mismo y encontrar el equilibrio para hacer frente al estrés del día a día. Se trata de experiencias cuya intensidad se multiplica cuando te encuentras inmerso en un entorno natural.
10. Busca un sitio acogedor
Puede que para olvidarte por completo de la rutina y del estrés y encontrar tu propio ritmo, más tranquilo, tengas que alejarte de todo. La naturaleza noruega es perfecta para ello, ya que te permite adentrarte en el bosque o desplazarte a una isla remota y sentirte en total tranquilidad.
A veces lo único que te hace falta es una cabaña, un buen libro y algo de paz. Deja volar tu imaginación, que tus pensamientos se pierdan entre los árboles, y encuentra tu inspiración donde menos te lo esperas. O siéntate junto al océano y escucha los sonidos de la naturaleza. Saca tiempo para ti y alquila una cabaña o casa de vacaciones alejada de las multitudes.
11. Disfruta de una buena sesión de spa
Nunca falla cuando necesitas relajarte. En un balneario, uno es libre de centrarse única y exclusivamente en su propio bienestar. En Noruega, puedes disfrutar de tratamientos relajantes y vistas panorámicas al mismo tiempo. Y todo gracias a uno de los elementos esenciales de la naturaleza: el agua. Ya sea casi hirviendo o semicongelada, el agua hace maravillas para cuerpo y mente.
Prueba las duchas de aromaterapia, admira el paisaje desde una piscina flotante de agua caliente, entra en calor en la sauna antes de darte un chapuzón en el fiordo, o disfruta de una enorme piscina en la que puedes comenzar a nadar bajo techo y terminar saliendo al aire libre. Sobre todo, siente como todo tu estrés se desvanece.
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